Dice una leyenda (los hermanos Kaurismaki tiene mucho que ver con ella) que el Tango llegó a Argentina de la mano de unos marineros finlandeses y que, por tanto, el origen sería nórdico. No entraremos a valorar la verosimilitud de esa afirmación, llena de humor finlandés, para no herir en su orgullo a nuestros lectores rioplatenses. Pero no hay duda en cambio en que Finlandia es la segunda patria del Tango, tras Argentina. El país donde el tango, esta música y este baile es mas popular, más vivo y más bailado.
Sorprende muchísimo que el tango sea tan querido, tan propio a Finlandia y desde hace tanto tiempo. Nada que ver con esa moda un poco fútil, y que tiene más de deporte y de fachada, de los bailes de salón. Nada que ver como decimos con esa competitividad y ese modelo estricto, carente de arte que triunfa en Estados Unidos. El tango finlandés, como el país, es mucho más humilde y mucho más sincero. Es un baile que se baila, que conocen los jóvenes y los abuelos, que se danza cerca de la sauna en el verano intenso donde los finlandeses toman las calles y la naturaleza con disciplina y sin aglomeraciones.
Seinajoki, capital del tango
Esa humildad que tiene el país, ese espíritu social que hace que el gobierno y las empresas, el sector privado y el público, coexistan mucho más armoniosamente que en otros lugares, se muestra en el tango. Nada que ver con la pasión desmesurada del tango argentino, que se bebe el mundo en cada paso. Algo que como el todos los paises latinos, al final, significa mucho más ruido que nueces. En Finlandia se grita y se protesta menos pero se trabaja más y se actúa, finalmente. Para llegar a un consenso hay que ceder y hay que aguantar, exigir pero acomodarse a los demás, ni pasar si ser pasado por encima.
En Finlandia el tango es mucho más nostálgico, que ya es decir, que en Argentina, menos dramático, más triste quizá. La forma de bailar y la propia música es más marcial y quizá un poquito menos sensual, porque se trata de un baile popular, un baile para conocer a gente y acercarse a ella. La mejor manera de superar una cierta timidez nórdica.
El tango en Finlandia
Al parecer el Tango empezó a popularizarse en Finlandia justo antes de la I Guerra Mundial, cuando Finlandia era parte del Imperio Ruso. Algunos bailarines empezaron a interpretarlo en Helsinki. Se dice que Toivo Nikanen quedó prendado tras conocerlo en París. Al final de la II Guerra Mundial, el Tango finlandés conoce su apogeo. Entre 1940 y 1970 músicos como Unto Mononen, Olavi Virta, Toivo Kärki o Eino Grön marcarán las pautas de la variante finlandesa del tango: nostalgia a raudales, temáticas locales, muchas veces rurales, música y forma de bailar casi como en las marchas militares. Aunque hoy, más de 100 años después, el tango ha perdido algo de su popularidad, se mantiene como uno de los estilos folklóricos de baile y de música plenamente finlandesa. Y sigue siendo bailado.
Tangomarkkinat
Esa popularidad se manifiesta en los festivales que jalonan el verano finlandés, corto pero intenso. Concretamente el festival de Seinajoki, una pequeña ciudad del centro oeste, marcada por el urbanismo y la arquitectura de Alvar Aalto. El Festival de Tango de Seinäjoki, el Tangomarkkinat es nada más y nada menos que el segundo más importante del mundo, congregando a más de 100.000 personas cada año.
Otros festivales importantes tienen lugar en Helsinki, el Frosbite; en Tampere y las principales ciudades del país. Otra muestra de su popularidad es la abundancia de cruceros temáticos donde el Tango, el baile y la fiesta son los reyes. Estos cruceros tan populares donde los finlandeses se embarcan desde Helsinki o Turku camino de Tallinn en Estonia, o Estocolmo (vía las bellas islas Åland) son tan numerosos como sorprendentes y populares.
Pero finalmente, lo más interesante es que el tango se manifiesta en las reuniones de amigos y de familia, las que se hacen en las casa o en las cabañas finlandesas, cuando el sol no se oculta y hace que la noche sea un mal recuerdo del invierno. Esos atardeceres dorados con la naturaleza verde y brillante y los lagos tintineando. Hay se descubre al verdadero tango finlandés, una variante natural, nada snob de esa música latinoamericana universal con orígenes cubanos y europeos que en el Río de la Plata consiguió su consagración.